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martes, 25 de octubre de 2011

HIDE VILLAR DE OLMOS 2ª PARTE

Estoy empezando a pensar que " a quién madruga, Dios NO le ayuda " y  que " todos los tontos tienen suerte ". El fin de semana de hace 10 días fue así. Después de un buen almuerzo y el café correspondiente ya estaba preparado para otra sesión de hide, aunque no consiguiera buenas fotos, no había madrugado y la comodidad del almuerzo ya no me la quitaba nadie.
Nueva ubicación del hide, desplazado unos metros para que el sol de la mañana me diera a la espalda, y nuevos posaderos.
El soteño utilizó el más alto, no suele ser así, le gustan los más bajitos.
Los jilgueros, antes no acudían mucho a la charca, casi nada, después de criar 2 años seguidos por los alrededores, ya empiezan a ser habituales.

Esta fue una de las sorpresas, se me apareció de repente este juvenil de cascadeña y apenas se inmutaba por el ruido de la cámara, ahora, eso sí, no paraba quieto un instante, con la poca profundidad de campo que tenía era complicado sacarle algo bueno a foco. Había intentado 2 semanas antes, en otro sitio, intentar fotografiarlas sin suerte, puede que me echara de menos y viniera a ver que me había pasado o me devolviera la visita por cortesía.

Otra sorpresa, mi amigo el arrendajo, siempre lo veo rondando por aquí pero no me entra en la charca, el sábado, cerca de la 1, lo vi rebuscando entre la osma de los pinos y sacar 3 bellotas que se trago en el acto, dicen que las esconden en esta época para después, en invierno, volver a comérselas, este arrendajo no tuvo paciencia de esperar. Lo que se aprecia detrás es mi caseta.
Al día siguiente, más o menos a la misma hora, se me paró delante en unos de los posaderos y estuvo unos instantes, tuve que quitarle zoom, fue silencioso, no lo oí ni llegar volando. Como no consigo escribir más abajo, hago mención aquí al garrapinos y al carbonero común que también tuve la suerte de poder pillarlo en esa pose tan caracteristica y a su vez artistica.

Al macho de colirrojo tizón ya le tenía ganas, sólo había conseguido afotar hembras y para colmo, a un amiguete que se metió en el hide un día, le entró y lo pudo fotografiar y yo con las sesiones que llevaba ni lo había visto. Ahora lo veo rondar mucho los alrededores y mis ventanas con lo que creo que conseguiré hacerle más aunque no pienso que sean mucho mejores. Debajo, su compañera, también la pude pillar bien de luz.

Otra visitante inesperada, la había visto rondar los arbustos cercanos pero nunca entrar a beber, para ser novata, esta curruca cabecinegra supo posar muy bien.
El herrerillo capuchino se me resiste, este año va entrando con más asiduidad, pero ha cogido la costumbre de parar en este tronquito, más o menos en esa posición pero quedando la mayoría de veces oculto y muy cortado por el palo además de estar poco tiempo parado, aquí pude sacar provecho de esta pose que además lo dejo casi por completo al descubierto.
Al soteño ya le tengo hechas unas cuantas fotos sobre todo en el invierno cuando entra al comedero, es de los habituales, pero tenía que estrenar los posaderos y como me pilló con el dedo del disparador en caliente, pues no dudé en volver a fotografiarlo sobre todo teniendo en cuenta que la foto es más atractiva y aparenta más natural.

Esta foto del herrerillo común no es del fin de semana, está hecha el invierno pasado cuando entraba al comedero, fuera de la época de frío no lo he visto acercarse por mi charca a pesar de que sé cierto que crían aquí pues creo que la primera cita de cría del herrerillo en la comarca es mía en una caja-nido que yo coloqué.
La foto del piquituerto, sin comentarios, creo que lo dice todo por sí sola, para mí es la mejor que tengo de esta especie.